¿Qué hay de malo en ser madre a tiempo completo?
¿Alguna vez pensaste en ser madre cuando comenzabas tus estudios en la universidad o tu formación profesional? Yo no. Había suficiente tiempo para ello en el futuro. Lo primero de todo, tenía que ser ingeniera, conseguir un buen trabajo, ascender a un buen puesto y, si llegaba a convertirme en madre, eso no interferiría con mi carrera profesional. Sin embargo, nunca digas nunca…
Varios años después, me encontraba llorando al dejar a mi hijo de once meses (también llorando) en el Kindergarten. Me sentía mala madre por no cuidarlo yo. Me sentía mala profesional por no estar trabajando de manera remunerada todavía (por motivos que ahora no vienen al caso, decidí dejar mi trabajo en el mundo corporativo poco antes de quedarme embarazada). Y, por supuesto, me sentía mal por lo que la gente pudiera pensar de mí, fuera cual fuera mi decisión.
¿Alguna vez te has sentido así? Pues bien, seguramente no somos las únicas. Según la Encuesta de madres en Europa 2011 (puedes leerlo aquí en inglés), de todas las madres encuestadas, casi el 80% quería cuidar a tiempo completo de su bebé menor de 1 año y todavía se mantenía en un 61% en edades entre 1 y 3 años. Pero entonces, ¿qué hay de malo en dedicarse a la crianza a tiempo completo, si parece ser además que muchas mujeres así lo desean?
Cuando te conviertes en madre, o piensas en serlo, suelen surgir estas dos preguntas:
¿Deberías volver al mercado laboral lo antes posible y seguir adelante con tus objetivos profesionales (como si no hubieras sido madre)?
¿O deberías solicitar una excedencia y quedarte en casa cuidando a tu bebé (como si no te importara tu carrera profesional)?
Y aunque ambas opciones son perfectamente válidas, y ninguna de ellas debería penalizar, a mi me faltaba la elección intermedia. “Bueno, es que no se puede tener todo en esta vida”. Ah, ¿no? Pues entonces habrá que cambiar el paradigma.
Como dice Yayo Herrero, somos seres ecodependientes e interdependientes. No podemos vivir de espaldas a nuestra dependencia de la naturaleza, pero tampoco podemos vivir como si no dependiéramos de los cuidados de otras personas, sobre todo, en ciertos momentos de la vida, como es la infancia.
No hay nada de malo en dedicarte a la crianza a tiempo completo. Es un trabajo, es necesario y tiene valor social, económico y emocional. Este fue uno de los puntos de partida de mowom. Pero, no el único, porque… ¿Dónde quedaba el problema de los roles de género y la corresponsabilidad?
👉Te animamos a que nos sigas y vayas conociendo mejor este proyecto, este movimiento. En los próximos posts vamos a continuar compartiendo contigo lo que nos trajo hasta aquí y lo que queremos conseguir. Mientras tanto, ¿cuál ha sido tu experiencia en la elección (o no) entre maternidad y carrera profesional?
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